El 10 de junio, de visita a la Universidad de la República, el presidente Tabaré Vázquez fue interpelado por estudiantes de la Escuela de Parteras. Vázquez en su habitual tono conciliador les aseguró que el gobierno está trabajando para mejorar sus condiciones laborales y que se iba a "fortalecer y resignificar el trabajo de las parteras".
Fue una fugaz respuesta de compromiso. Y no era la que correspondía. El presidente debe haber entendido que se trataba del reclamo de que se cumpla la ley 17.565, sancionada en 2002, que obliga a las instituciones que realizan partos a tener guardia de partera titulada. No era eso, porque el tema está solucionado. La mutualista de la que Vázquez es empleado, la Asociación Española, por ejemplo, ya hizo un llamado para cumplir con la normativa. Igual el presidente les aseguró que lo habían considerado en el Consejo de Ministros del día anterior.
Las que lo interpelaron en la puerta de la Universidad eran las estudiantes de Escuela de Parteras que están en huelga desde el 2 de junio en reclamo del internado remunerado. La carrera de parteras es de cuatro años y medio, e incluye un internado obligatorio de 44 horas semanales. La misma exigencia la tienen los estudiantes de medicina y de enfermería, pero ellos reciben 6.500 pesos nominales al mes. "Es nuestro derecho", dijo Fierro. La carga horaria, además, les impide tener otros trabajos. Hay 500 estudiantes en la escuela, 170 de los cuales cursan el primer año y unos 40 deberían estar cursando el internado. Pero desde hace 20 días no entran a clase. Buscan que su demanda sea atendida en la Rendición de Cuentas. Para eso se reunieron con comisiones de diputados y senadores. Esperan algo más que una respuesta al pasar y equivocada.
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